Imagínate que tienes una tienda en una calle transitada. Entran 100 personas, pero 70 se van sin mirar más de un producto, sin hablar con nadie, sin comprar nada. ¿Qué pensarías? ¿El escaparate no es atractivo? ¿La tienda está mal organizada? ¿El producto no es lo que prometías? Eso mismo ocurre en tu sitio web cuando tienes una tasa de rebote alta.
Cada visitante que llega y se va sin hacer nada te está diciendo algo, y si no prestas atención, podrías estar perdiendo oportunidades de venta, posicionamiento en Google y autoridad en tu sector. Lo bueno es que la tasa de rebote no solo se puede entender, también se puede controlar. Te explicamos qué es exactamente la tasa de rebote, cómo se calcula, y lo más importante: cómo mejorarla.
En pocas palabras, la tasa de rebote representa el porcentaje de usuarios que abandonan una página sin realizar ninguna acción adicional: no hacen clic, no se desplazan mucho, no visitan otra sección. Alguna vez te habrá pasado de entrar en una página clicando sin querer, y darle hacia atrás sin ojearla de arriba a abajo. Es como si alguien entrara a una tienda, echara un vistazo rápido y saliera sin decir palabra.
Desde un punto de vista más técnico, un “rebote” ocurre cuando un usuario inicia una sesión en tu sitio web y no interactúa con el contenido de tu web. En herramientas como Google Analytics 4, donde recibe el nombre de “Porcentaje de rebote”, esto significa que no se activó ningún evento adicional, permaneció poco tiempo, así como otras causas.
Esto varía según cómo tengas configurada la medición, pero por defecto, un rebote en GA4 puede ser:
¡Ojo! Es importante destacar que un rebote no siempre es malo. Por ejemplo, si alguien busca “teléfono de contacto de X empresa”, entra a tu web, lo encuentra en 5 segundos y se va… ha logrado su objetivo. Pero si vendes servicios y el 85% de los visitantes abandona tu página sin pasar del encabezado, tienes un problema serio de retención y/o relevancia.
Una tasa de rebote elevada puede ser una alarma silenciosa. Puede significar que:
Por eso, la tasa de rebote no debe mirarse de forma aislada. Hay que interpretarla dentro del contexto de tu sitio, tu audiencia y tus objetivos.
El número de visitas es una métrica muy vistosa y muy tenida en cuenta a la hora de analizar datos de una web; pero una visita que no interactúa, no convierte y se va en segundos, no vale mucho. Por eso, la tasa de rebote es una métrica clave: te da una pista sobre qué proporción de las personas que llegan a tu web están realmente interesadas.
Una tasa de rebote alta puede ser la punta del iceberg de un problema mayor: una mala experiencia de usuario. Que el sitio tarde en cargar, que tenga un diseño es confuso en móviles, o que la información no sea clara son algunos de los factores principales de dicha mala experiencia.
Todo eso puede hacer que un visitante se vaya, a veces de manera inconsciente. Google lo sabe, y aunque oficialmente la tasa de rebote no es un factor de ranking directo, la experiencia de usuario sí lo es. Una página que la gente abandona rápido suele caer en posicionamiento porque no está resolviendo bien la intención de búsqueda.
Google nunca ha dicho que mire la tasa de rebote de Google Analytics como factor de ranking. Sí es cierto que presta atención a métricas como tiempo en página, clicks de retorno rápidos (cuando alguien vuelve al buscador inmediatamente) o engagement en general (a través de Chrome, Android, etc.).
Por tanto, una tasa de rebote muy alta puede ser una señal indirecta de baja relevancia o calidad, y eso sí impacta en el posicionamiento SEO. Si muchos usuarios regresan al buscador tras visitar tu sitio, Google puede interpretarlo como que no les ofreciste lo que estaban buscando.
Una vez entendemos el concepto de tasa de rebote, lo siguiente es entender cómo se calcula, especialmente porque la forma de medirla ha cambiado en los últimos años, sobre todo con la llegada de Google Analytics 4 (GA4).
En versiones anteriores de Google Analytics (Universal Analytics), la fórmula era muy sencilla:
Tasa de rebote = (Sesiones de una sola página sin interacción / Total de sesiones) × 100
Esto significa que si 100 personas visitaron tu página y 65 se fueron sin hacer clic en nada más, la tasa de rebote sería del 65%.
Esta fórmula servía para tener una idea rápida del engagement básico, pero no consideraba muchos factores de comportamiento. Por eso, Google la rediseñó en GA4.
Aunque muchas personas pensaron que la tasa de rebote había desaparecido en GA4, la realidad es que sigue existiendo, pero ha sido rediseñada y relegada a un segundo plano.
En este caso, GA4 pasó considerar interacción más factores, no centrándose exclusivamente en los clics. Cambió en concepto de “interacción” por el de “implicación”, siendo una sesión con implicación aquella en la que el usuario ha permanecido al menos 10 segundos en la web/app, ha visto 2 o más páginas/pantallas o ha generado un evento de conversión.
Se adapta, por lo tanto, la fórmula a esta novedad:
Tasa de rebote = (Sesiones de una sola página sin implicación / Total de sesiones) × 100
Por defecto, GA4 muestra métricas como el porcentaje de interacción o las sesiones con interacción, que reflejan de forma más rica el comportamiento del usuario. Sin embargo, puedes seguir viendo la métrica “Porcentaje de rebote” si la agregas manualmente a tus informes. Para ello:
No todas las tasas de rebote deben preocupar por igual. Depende mucho del tipo de sitio:
Tipo de sitio | Tasa de rebote común |
E-commerce | 20% – 45% |
Sitios web b2b | 25% – 55% |
Sitios de generación de leads | 30% – 55% |
Sitios web con contenido que no sea de comercio electrónico | 35% – 60% |
Landing pages | 60% – 90% |
Blogs | 65% – 90% |
Como ser observa, los rangos son muy amplios, por lo que incluso dentro de cada tipo de sitio hay bastante diversidad. Un blog, por ejemplo, puede tener un rebote alto simplemente porque la gente lee un artículo, obtiene lo que necesita, y se va. En cambio, si una landing page de ventas tiene una tasa de rebote del 80%, puede ser perfectamente una señal de alarma.
La tasa de rebote elevada como tal no es el problema, es un síntoma de que algo no está funcionando bien. Puede ser técnico, de contenido o de experiencia de usuario. Aquí te dejamos las causas más comunes que deberías investigar si estás viendo porcentajes preocupantes.
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Tener una tasa de rebote alta no siempre es sinónimo de fracasar, pero cuando refleja falta de interés o una experiencia pobre, es momento de actuar. A continuación, te presentamos estrategias probadas para mejorar el engagement y retener más visitantes en tu sitio.
La paciencia de los usuarios cuando navegan es limitada. Si tu sitio tarda más de 3 segundos en cargar, muchos usuarios se irán antes de ver siquiera tu contenido. Algunas cosas que puedes hacer son:
Cuando un usuario llega a tu web, ni él ni tú tenéis tiempo que perder. Los primeros 5 segundos son clave para convencer al visitante de que está en el lugar correcto. Te podemos dar estos consejos clave:
Dicen que no hay que juzgar el libro por su portada, pero esto es algo que la gente no lleva a la práctica cuando utiliza internet. Tu diseño debe ser claro, intuitivo y libre de distracciones innecesarias para evitar el abandono rápido de tus páginas. Algunas buenas prácticas:
En la era del smartphone, si tu sitio no se adapta perfectamente a teléfonos y tablets, estás perdiendo la mitad (o más) de tu audiencia. No es opcional. En este caso te animamos a revisar:
Cuantas más oportunidades le des al visitante para interactuar, menor será la probabilidad de que rebote. Estos son algunos ejemplos efectivos:
Sabemos de sobra que estas indicaciones anteriores implican un trabajo y, sobre todo, un tiempo de investigación y ejecución con el que seguramente no cuentas. Todo esto requiere investigar intenciones de búsqueda para saber satisfacerlas adecuadamente, la redacción de contenido relevante para el usuario, y un inmenso etcétera de acciones que requieren conocimiento y dedicación (y de ambos nos sobran). Es por ello que te recomendamos dejar la reducción de la tasa de rebote en manos de una agencia SEO.
En Mavance sabemos que hay datos que hablan muy claro, y otros que dan pistas sobre problemas mayores. Una tasa de rebote alta puede parecer un problema técnico, pero casi siempre es un síntoma de algo más profundo: una desconexión entre lo que el usuario esperaba y lo que encontró.
La clave no está en obsesionarse con el número en sí, sino en entender por qué los usuarios no se quedan y cómo puedes ofrecerles una mejor experiencia. Porque al final, mejorar la tasa de rebote no es solo una métrica de vanidad: es mejorar tu sitio para que realmente cumpla su propósito.
Si logras que más personas se queden, interactúen y confíen en tu contenido, estarás más cerca de alcanzar cualquier objetivo: ya sea más tráfico, más leads o más ventas.
¿El siguiente paso? Te lo ponemos fácil. Contacta con nosotros y haremos de tu sitio web un lugar donde el usuario encuentre lo que quiere y se sienta como en casa.
¿Y tú? ¿Sabías lo que era la tasa de rebote? ¿Alguna vez has conseguido mejorarla? Cuéntanoslo en comentarios.